No es difícil encontrar en el libro de la historia de la humanidad, a hombres y mujeres, que sorprenden por el mérito que realizan, al desarrollar sus vidas de una forma tan maravillosa. Tales seres humanos se convierten en fuente de inspiración, ejemplos a imitar y seguir por sus decisiones y, su avance firme y seguro hacia una realización plena de su condición humana. Valiéndose de su fuerza de voluntad, una voluntad fuerte, férrea, por propia decisión, que ha superado en muchos la mas deplorable de las condiciones. Seres humanos que, algunos, privados parcial o totalmente de algunas de sus facultades, se han sobrepuesto a sus discapacidades y se han negado a la resignación. Seres humanos como Hellen Keller que venció las desventajas de su invidencia, para dar testimonio de una voluntad indoblegable para vivir y para trascender. Seres humanos como Franklin Delano Roosevelt, considerado por muchos como un ejemplo de fortaleza política y uno de los mejores presidentes americanos. A pesar de sufrir de polio, dirigió la nación a través de
Seres humanos como la madre Teresa de Calcuta, que dio su vida amorosa a los más pobres, como Juan Pablo II conocido como el papa viajero, como Ludwig Van Beethoven que aun sordo escribiera su mejor sinfonía. Como el más grande físico teórico del siglo XX, considerado a la misma altura que el físico alemán Albert Einstein , me refiero a Stephen Hawkins, un ser que sigue en la lucha contra el deterioro progresivo de su sistema muscular y aun así nos maravilla con sus fabulosos descubrimientos. Mujeres grandiosas como Marie Curie, Gaby Brimer, Juana de Arco, sor Juana Inés de la cruz. Hombres y mujeres que han logrado destacar sus facultades en las artes, en las ciencias, en los deportes, etc.
¿Qué es lo que tienen en común todos estos seres humanos que han logrado alcanzar éxitos que asombran al resto de la humanidad?¿ Qué es lo que han encontrado para sobreponerse a todo lo que obstaculice su camino?
He llegado a considerar que la respuesta es ésta: PODER.
Y que es poder. Para mí el poder definitivo consiste en ser capaz de creer que uno puede crear los resultados que más desee y generar al mismo tiempo aquellos valores que interesen a otros. Es desarrollar la capacidad para cambiar la propia vida, dar nuevas formas a nuestras propias percepciones y conseguir que estas actúen en nuestro favor y no en contra nuestra. Es ese don de gobernar el propio reino individual hasta obtener el resultado que uno desee.
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